24 de marzo de 2011

Incentivos

Este tema ya lo monologué (no hubo comentarios) hace tiempo.

No me gustan los premios, ni siquiera el nobel de la paz. No me incentivan los incentivos pensados para incentivarme. Cada día nos quieren mover con nuevos caramelos, como los ratones en los laberintos de los laboratorios.

¿Somos libres? ¿Hasta que punto somos capaces de aceptar un incentivo?
Si te enteras de lo que pasa en el mundo te subo el sueldo, si vas a las reuniones de trabajo en las que no es obligatoria la asistencia te subo el sueldo, si expresas tu opinión, tu forma de cambiar las cosas te subo el sueldo, si criticas de forma constructiva te subo el sueldo, si vas a votar te subo el sueldo, si eres crítico constructivo con tus representantes te subo el sueldo, si escuchas cuando te hablan te subo el sueldo, si ...


Idealista, utópica, incluso quimérica, ..., tal vez, pero sé que hay grupos de gente en los que funciona, puedes pensar por ejemplo en un núcleo familiar (el mío nunca ha sido por incentivos, ¡y nos va genial!), me pregunto ese grupo ¿hasta cuánto puede creer sin que haga falta incentivar a sus miembros para que funcione?
Y una vez que el incentivo forma parte de nuestras vidas ¿qué rumbo toman?

7 comentarios:

suso dijo...

Has dado en el clavo al final. Los incentivos funcionan cuando no son habituales. Sobre el papel y con argumentos, por tanto, estoy a favor tuya. Sin embargo como ser humano con corazoncito a veces necesito un refuercillo que me haga un poquito más feliz. Y de ahí me saco yo la motivación.

En resumen: incentivos sí, pero con criterio.

Mar-ia dijo...

Mi incentivo principal es uno: ¡pasarmelo bien! (por supuesto esto incluye trabajo y todas las misiones que como ciudadana tengo).

Mar-ia dijo...

(Claro todos los minutos es difícil, pero se intentan que cada vez sean los más!)

Talegas 1/2 dijo...

Dos cosas:

-- ¿Cuanto vale tu trabajo?

-- Monica Escalona (pedagoga, logopeda y especialista en disficultades en el aprendizaje):

* Durante el proceso educativo es necesario:

• Premiar conductas que requieren esfuerzo. ¡Atención! Premio adaptado
al esfuerzo. Cuanto más pequeño es el niño, más inmediato debe ser el
premio.

• Al principio, los premios se deben conseguir con poco esfuerzo para
que el niño gane confianza y después, conseguir el mismo premio por
hacer algo más difícil.

• Cada conducta a lograr debe tener un premio independiente.

• En la medida de lo posible, usa un refuerzo social (besos, aplausos,
felicitaciones…) sobre el material. Nada es más gratificante para un
niño que la autosatisfacción personal y percibirse competente y
confiado en sí mismo.

• Suprime el premio material cuando una conducta ya esté lograda y quieras instaurar una nueva.

Mar-ia dijo...

¿Cuánto vale mi trabajo?
Si hablamos de dinero, depende del lugar.
Si hablamos de vaĺía ... uf .... difícil pregunta. Seguramente la respuesta también es depende del lugar, aunque en mi caso creo que tengo una misión profesional en la vida que se puede adaptar a cualquier lugar, ofreciendo quizá esencias iguales, aunque quizá en envases distintos.

Con respecto a la segundo, los premios afectivos bien ... quizá yo los llamaría más bien reconocimiento de que se ha hecho bien en caso de no saber si estaba bien o estaba mal, está claro que el niño debe aprender si los actos que hacen en su sociedad están catalogados de bien o mal.
Pero hay un incentivo que es difícil de cuantificar y que cuando uno lo descubre es la caña, es la sensación de sentir que lo haces bien. Está claro que muchas veces necesitas que se manifiesten otros para tú percibir eso.
Pero el aprendizaje igual que el de los animales, sin razonamiento de por medio ... no me va demasiado ...

Talegas 1/2 dijo...

No se exactamente que es lo que haces en tu trabajo, pero quizas sea un trabajo dificilmente cuantificable (tanto en cantidad como en calidad). Sobretodo si es un trabajo puramente intelectual.

Pero existen casos en el que el trabajo es cuantificable, se puede medir la cantidad y la calidad del mismo y, por tanto, se puede decidir que esta mejor o peor (partiendo de los criterios 'X' que se definan para ello). Por tanto, si es medible, a mi no me parece mal que se premie (o incentive) a las personas que hagan mejor su trabajo.

El incentivo no tiene que ser solo economico, puede estar relacionado con reponsabilidad, tiempo libre...

Mar-ia dijo...

No sé, digamos que creo que el trabajo tiene que quedar claro: tu misión es hacer esto. Si lo haces, es lo que tienes que hacer y si no lo haces, te doy un toque de atención y te explico lo que tienes que hacer otra vez, si sigues sin cumplir ... ¡hasta luego! Tu lugar, será otro.
Las horas de trabajo deben quedar claras, no soy partidaria para nada ni de extras ni de sobresueldos, la productividad, simplemente me cosifica y cabrea.
Puestos a elegir, ¡prefiero el castigo!