8 de noviembre de 2009

¿De los paseillos al trenecito?

¿Pie, coche, bus, tranvía, metro? ¿qué prefieres? Decidir es difícil y la respuesta más sana es un depende.

Las ciudades crecen (o eso dicen) y con ellas el progreso (o eso dicen). Los ciudadanos somos los agentes activos de la ciudad y sin embargo somos los agentes pasivos de su desarrollo. ¿Nos preguntamos cómo queremos que sea la ciudad en la que vivimos?
En el ayuntamiento (donde reside nuestro órgano de gobierno democrático) se aprueba la evolución e idiosincrasia de nuestra ciudad. Como ciudadanos podemos alegar contra lo que nos parezca inapropiado, pero la realidad es que sólo vemos lo malo cuando nos cae encima, ¿esta mal? ¡por supuesto!
Esto le ha pasado a un grupo de ciudadanos de Granada (algunos con nacionalidad en en facebook) que ha decido decir que no está de acuerdo con una medida aprobada por su ayuntamiento justo cuando han empezando las obras.

En mi escala de medida en una ciudad (salvo excepciones) la cumbre la habita el peatón, quiero una ciudad en la que el pie sea la escala de medida y las zonas peatonales sean las máximas posibles. Soy consciente de que esto es difícil, pero me alivia saber que hay ciudades en las que es así.
Granada es una ciudad tan mágica como difícil: tiene tanto encanto como coches. Granada es mucho más que la Alhambra, ¡afortunadamente!, aunque los granadinos (granaínos) no tengo claro que piensen lo mismo.

Granada es una ciudad pequeña que le han vendido ser una ciudad con las necesidades de una gran ciudad y así han acabado con una parte considerable de la vega con la excusa (inexplicable) de la necesidad de vivienda (habitan la periferia y vacían el centro ¿me lo explican?).
Lo último es la implantación del metropolitano de Granada, venden la ilusión de una infraestructura de transporte público que si se piensa un poco se convierte en una dudosa inversión pública ya que el tiempo y el dinero mueven el mundo y Granada no va a ser diferente, si cogiendo el metro/tranvía se tarda más que con un vehículo propio, el granadino (granaíno) seguirá cogiendo el coche.
Granada con su metropolitano no ha apostado por un transporte público y una ciudad para al peatón (como lo han hecho otras ciudades). Ha apostado por una ambigüedad en la que falsamente convivirán el transporte público y el privado, sin poner solución a los atascos.
Un daño colateral de esta infraestructura dudosa es la zona conocida como Paseíllos universitarios: el metro ligero partirá una de las pocas zonas peatonales y verdes (destinadas al deporte y al ocio) en dos. ¿El uso peatonal prevalece sobre el transporte público? ¿No hay zonas de uso exclusivo de vehículos particulares para compartir con el uso público de un tranvía y sí hay zonas peatonales para ceder el paso al metropolitano?

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Si estás en Granada el miércoles 11 de noviembre y estás de acuerdo con el grupo de gente que reivindica que el metro ligero no corte Los Paseíllos en dos tienes una cita con ellos a las 13 horas en la zona de Los Paseíllos (entre Ciencias y Aparejadores) para hacer una cadena humana que protesta por la transformación de Los Paseíllos en el trenecito.
Si no estarás en esta ciudad el día 11 de noviembre, puedes sumarte a esta protesta formando parte de este grupo Salvemos Los Paseíllos. (Granada no es sólo de los granadinos, ellos tiene la suerte de disfrutarla todos los días, pero Granada ¡es tan tuya como suya!).

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