9 de noviembre de 2009

Berlín

El cielo
es el vuelo
de una mosca con sus patas
recién mojadas en un charco de tiza.

Nílreb, Nílreb, Nílreb

Las tuberías azules y rosas
acompañan a mi bicicleta
entre aceras de semáforos con sombrero
que venden la paja entre
bolsos,
camisetas,
gorras y
floreros.

Nílreb, Nílreb, Nílreb

Entre el agua de las fuentes
se derraman las notas
de los niños que tocan el acordeón,
salpicados de euros secos.

Nílreb, Nílreb, Nílreb

Te pienso al revés,
por si pudiese
acallar los gritos
golpeados contra un muro consentido,
por si pudiese
borrar los días rubios de ojos azules
aplastados
entre gruesas
siluetas
negras.
Te pienso al revés,
Nílreb, Nílreb, Nílreb