17 de noviembre de 2008

Para los que no ven la televisión

porque todo lo que ponen en ella es basura, esos que dicen que sólo ven cine clásico, documentales, Cifras y Letras, Saber y Ganar y nada más, porque ya ni las tertulias tienen a tertulianos que sepan, para esos ... hablo de Pekín Express un programa de Cuatro, que seguramente cataloguen de telebasura y que supongo que jamás habrán desperdiciado el tiempo contemplando semejante barbaridad, porque a bien seguro, en su lugar, tienen un buen libro que leer o una estupenda película clásica que volver a ver.

Ayer vi este programa, del que me declaro públicamente seguidora (cuando me apetece, claro está), y me hizo pensar más de lo que ya había pensado antes sobre él (reconozco también públicamente uno de mis entretenimientos: pensar con la telebasura).
Resumiendo mucho, el programa es un concurso en el que gana la primera pareja que llegue a Pekín. La aventura comenzó en Pskov, se va desarrollando en etapas y cada persona tiene un presupuesto de un euro por día. Es así, un concurso de aventuras en el que tienen que viajar sin prácticamente dinero y sin conocer el idioma.
Abordar todas las reflexiones que se pueden hacer sobre el programa daría para muchas entradas. Quiero centrarme aquí en lo que ocurrió ayer: una concursante tuvo que dejar el concurso porque está enferma de cáncer y se encontraba mal. Había "engañado" al programa y a su compañera (su hermana) para poder entrar al concurso. Ella se encontraba bien y quería disfrutar de esa experiencia y sabía que si comentaba su enfermedad no la habrían dejado participar. Durante todo el concurso superó pruebas durísimas, la última subir una duna enorme ... Impresionada pensé: ¡Qué fuerza tiene esta mujer! ¡subió la duna y superará la enfermedad! ¿qué poder tiene la mente sobre la enfermedad? La semana pasada me sorprendió la noticia de la niña británica de 13 años, Hannah Jones, que quiere morir dignamente. ¿Cuánto hace la ilusión por vivir? Las respuestas supongo que son tan evidentes como inútiles: la ilusión por vivir hace muchísimo, quizá tanto como la convicción de querer morir ...

4 comentarios:

jauhow dijo...

Hay preguntas que tienen muchas respuestas correctas y preguntas que no tienen ninguna. La elección de vivir y la elección de morir son dos temas en los que me declaro incompetente.

Anónimo dijo...

¡Pero qué estás poniendo! ¡Antes fútbol, ahora la telebasura! ¡Lo estás llamando, estás llamando a Corleone flama! ¡Si he estado viendo hoy El Hormiguero y hasta ahí han salido las mujeres éstas, que venían contentas y han tenido que volverles a poner el vídeo del programa pa que lloren!

Lo malo es que se ve tan claro que explotan esos sentimientos, que están de exposición, adrede, que me parece tan falso... La habitación se enfría, se me empieza a notar el aliento y se me aparece el fantasma de Isabel Gemio. ¿No os parece que podría ser perfectamente que los del programa supiesen lo del cáncer de antemano y quisieran sacarle partido?

¡Y meterse con la gente porque prefiere ver documentales o películas clásicas en vez de telebasura! Yo... yo... yo... ¡me voy a dormir!

Mar-ia dijo...

No me meto con los que prefieren los documentales y demás enseres eruditos ..., para nada, simplemente les cuento algo que supongo que no han visto ... pero me parece perfecta su elección.

Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de jauhow.

Sobre lo que dices Corleone, de si es mentira o verdad ... bueno realmente a mi me da exactamente igual, (esto me llevaría a divagar sobre verdad/mentira ... ya se sabe ...).
Me da igual si el programa lo sabía o no, y pese a que también conozco el programa de Isabel Gemio, no sentí nada parecido. Supongo que ellas dieron el consentimiento para hacerlo público y si ellas aceptan y yo decido verlo ... meterse con los que piensan que eso no está mal ... yo ... yo ... yo ... ¡me voy a tomarme un café!

Anónimo dijo...

¡Falsos! ¡Son todos unos falsos!