14 de abril de 2009

Ellos (/as)

deciden sobre nuestras cotidianidades, nuestras necesidades, nuestras comodidades, nuestras vistas, nuestras calles, nuestros paisajes, nuestra rutina ... sobre ¿nosotros?

Siempre me ha seducido el poder de la Arquitectura. Porque es una necesidad que se convierte en arte (no siempre, claro). Y es un arte compartido, es un arte que te espera en la calle desde generaciones pasadas hasta generaciones que están por venir, ahí al borde de una acera, en mitad de una plaza, a la sombra de una montaña ... Son cuadros en la calle, poesías urbanas, silencios en la música cotidiana.

El nuevo premio Pritzker de arquitectura es el suizo Peter Zumthor. Su obra no me deja indiferente, ¿y a ti?
Reconozco que puede que con la arquitectura actual sea más crítica que con la pasada. Y seguramente la razón sea simplemente la costumbre de mis ojos. Me explico, mi principal pega hacia la arquitectura actual es que normalmente me produce una sensación de brusquedad con el entorno, no me suele gustar por fuera porque la veo desubicada en su ambiente y sin embargo me seduce en su interior. Digamos que, comparando con las personas, son de ese tipo de gente que o me obligan a hablar con ella o jamás descubriría la gran persona que estuve a punto de perderme.
Esto es simplemente cuestión de gustos (característica típica del arte) y el gusto como todo se educa, ¿no? y la corriente de la arquitectura actual marca qué es arte y qué no lo es, marca qué es bonito y qué no lo es. Mi repelús inicial a la obra, por ejemplo de Peter Zumthor, seguramente no lo apreciaría si me hubiese tocado vivir dentro de 100 años, mis ojos estarían acostumbrados a entender que esa obra estaba perfectamente en armonía con el entorno y además que los edificios tienen una belleza exterior ... ¿o no?

6 comentarios:

jauhow dijo...

A mí me impresiona la obra de este señor. Por dentro y por fuera. Estoy de acuerdo contigo en la percepción de la arquitectura "moderna" (por llamarla de alguna manera). Lo que sí lamento es algo que me parece inevitable: que las modas se apoderen también de la arquitectura. La moda entendida como fugaz, no como movimiento artístico. No me gusta pensar que por ejemplo todos los circuitos de F1 los diseñe el omnipresente Hermann Tilke (¿es que en el mundo nadie más sabe hacer un circuito?), ni me gusta que los estadios de fútbol de última generación vayan a menudo ligados al bufete de Norman Foster. Me gustaría más que se ampliara el abanico de posibilidades, que se compraran proyectos y no firmas, porque estoy convencido que tiene que haber más de una docena de arquitectos en el mundo con algo impresionante que ofrecer.

Mar-ia dijo...

Comparto contigo lo de que se compraran proyectos y no firmas y añado una cosilla, la compra debería implicar mucho más a la ciudadanía ya que la obra se queda (para bien o para mal) en la ciudad ... ¿Cómo? Eso sería un debate interesante.

Anónimo dijo...

La cultura de la imagen en la que vivimos conlleva un poco todas esas cosas...Los alcaldes se hacen álbumes en sus ciudades, y muchas veces buscan tener un cromo de tal o cual arquitecto en lugar de preocuparse de elegir la solución más adecuada al proyecto en cuestión.
Las modas existen, siempre y en todo, y no me parece mal, entendidas como tendencias, corrientes estéticas y de pensamiento.
Implicar a la ciudadanía en este proceso...comlicado,sino imposible. La ciudadanía elige a sus gobernantes, que son los que les representan en estos como en otros asuntos (además de representantes vecinales,que muchas veces son incluidos en los jurados de los concursos arquitectónicos).
Una participación a un nivel más personal creo que sería bastante difícil de articular.

Mar-ia dijo...

¿Imposible? digamos difícil que es menos triste, ¿no, amigo Anónimo?
Tienes razón la ciudadanía está representada en sus gobernantes y por tanto deciden (de ese modo) en los proyectos, pero ... la Arquitectura creo que la ciudadanía (generalizando, con lo poco que me gusta) la confunde con la arquitectura(=constrúyeme una casa barata y con muchas habitaciones), creo que falta una educación cultural, es decir, una explicación (que seguro que la hay, pero no llega al pueblo) de la Arquitectura y eso se consigue poco a poco, ¿no?
Creo que se debe tender a transmitir (por todos: arquitectos, concejales de urbanismo, ciudadanos ...) que la Arquitectura es mucho más que construir edificios en los que hacer cosas ...
Difícil, claro, porque en la calle (vuelvo a generalizar gratuitamente) se asocia arquitectura a primera necesidad, vivienda. Y claro, ¿cuánta gente se plantea (o se puede plantear) no comprarse una casa porque el edificio por fuera (fachada, ubicación, distribución exterior ...) le parece una atrocidad? Y si un edificio que ves todos los días no te preocupa ... ¿te va a preocupar otro?

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo...lo desconocido siempre provoca rechazo, y más en algo como la arquitectura, que se encuentra en ese punto fronterizo entre el arte y el negocio que hace que muchas veces la gente se cierre en banda a hacer algo un poco diferente por la sensación de vértigo que nos da a todos el jugarnos el dinero.
Y no hablo sobre términos estéticos, sino sobre nuevas formas de vivir, de habitar y entender los espacios, de establecer relaciones con lo diversos aspectos de la vida...
Muy poca gente sabe que tal o cual edificio es considerado una "buena obra arquitectónica" pero en bastantes ocasiones cuando lo conocen y lo viven les gusta.
Cuando la gente nos planteemos esos aspectos, los conozcamos y los experimentemos, empezaremos a exigirlos y a no conformarnos con menos.

Mar-ia dijo...

Totalmente de acuerdo ... eso de concienciarse y saber lo que se quiere y lo que no, por estética y por utilidad ha pasado en otras muchas cosas y pasará (confío) en la arquitectura, por ej. las cocinas, el diseño ha cambiado un montón, los electrodomésticos que se iniciaron como utilitarios ahora son verdaderas obras de arte (al servicio del comprador), los muebles parecen cuadros (a ratos abstractos) con interiores extraordinarios ...