29 de enero de 2009

Ley y orden

Últimamente escucho mucho hablar de leyes (esta entrada no es sobre la huelga de jueces) y cada vez siento más vacío y desorden. Creo que nos ha asolado un tsunami legal de indiferencia, desconfianza, recelo, miedo ... y ha instaurado el más caótico desorden a la sombra de la Ley.
¿Notáis vosotros este mismo sentimiento? ¿Sentís esa sensación de que todo se hace para hacer el mal? ¿que no hay ninguna ley que nazca con un buen propósito y que si alguna nació deseada ya estamos nosotros para llevarla a la práctica mal?
A ratos, me parece que nos creemos tan diferentes y tan malos (los otros son malos, el yo no) que no somos capaces de encontrar un lugar común y sin embargo nos empeñamos en vivir en sociedad. La culpa de todo lo malo lo tiene la sociedad y cuando nos descubrimos haciendo el mal sólo somos unas víctimas de ese tsunami legal que nos arrasa y aplasta contra la maldad, nosotros no eramos malos, la Ley nos hizo así ...

¿En qué momento nuestros actos individuales (que pensamos que hacemos con buena voluntad) colaboran con la teoría del mal que impera en nuestra sociedad?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto es un sentimiento personal, y yo no tengo el mismo. Tal vez mi sensación análoga es que las cosas funcionan de forma muy imperfecta pero que a pesar de eso, a veces y en algunas cosas, funcionan bien.

"¿Sentís esa sensación de que todo se hace para hacer el mal? ¿que no hay ninguna ley que nazca con un buen propósito y que si alguna nació deseada ya estamos nosotros para llevarla a la práctica mal?" -- Esto no es desde luego una verdad objetiva: es un sentimiento que te ha pillado en un mal rato.

Mar-ia dijo...

Claro Corleone, toda la entrada era una opinión y por supuesto subjetiva y sin verdad o mentira detrás, puesto que toda ella era una exposición de sentimientos y los sentimientos es lo que tienen: subjetividad ...


Seguramente no expliqué bien sobre lo que me apetece tertuliar con esta entrada, concretamente después de leerlo quizá debiera explicarme mejor con esas preguntas que citas en tu comentario. Digamos que yo no creo que todo se haga para hacer el mal y que las leyes nacen para hacer el mal, todo lo contrario, sin embargo en el quehacer cotidiano, en la calle ... lo único que escucho son problemas sobre la aplicabilidad de las leyes, y lo peor es que no es porque se piense que no pueden ser buenas sino porque se piensa que habrá mucha gente que las empleará mal. Y por eso preguntaba: ¿En qué momento nuestros actos individuales (que pensamos que hacemos con buena voluntad) colaboran con la teoría del mal que impera en nuestra sociedad?.

Siento (subjetivo por supuesto y sin veracidad o falsedad de por medio) que estamos en un punto de no "aguantar" leyes porque vemos demasiadas excepciones a la ley que nos pensamos incapaces de ponernos unas "reglas" para que las cosas funcionen bien. Está claro que somos muchos y que es muy complicado hacer una ley (del tema que sea, podría poner ejemplos muy distintos y cada cual seguro que puede pensar mil) pero no creo que estemos preparados para vivir sin ellas.
Y el sentimiento más triste me llega cuando veo (también sin base científica) que las críticas a las leyes, que sería una buena acción, resultan ser tremendamente destructivas, digamos que siento que la crítica hacia la ley no es decir los puntos malos y tratar de mejorarlos, sino todo lo contrario y la consecuencia es que una ley que surgió para resolver un problema no solo no lo resuelve sino que lo empeora ...