20 de julio de 2010

Historia de unos pistachos

(o como mantener la mente entretenida).
- ¿Seguro que no quieren que les ponga un platito con pistachos?
- No, no gracias, de verdad.
El camarero se fue, dejando sobre la mesa las dos coca-colas (una de ellas light).
- ¡Jo, cómo eres! ¿no?
- ¿Qué? ¿qué pasa?
- ¿Cómo que qué pasa? Vamos que si tú no quieres pistachos, pues me parece muy bien, pero unos pistachos ahora vienen de vicio ... Es que no sé, no te entiendo, estás todo el día midiendo las calorías ...
- Bueno, ¡cómo te pones! si tú querías haberle dicho que pusiera el platillo.
- Es que no es sólo eso: pistachos sí o pistachos no, es todo lo demás.
- ¿Todo lo demás?
- Sí, todo lo demás.
- Pues no te entiendo. ¿Me lo explicas?
- No, si todavía no te has enterado es cosa tuya. Paso de hablar más del tema.
- Ah, muy bien, lías esto por unos pistachos y ahora zanjas la conversación así. Genial ¿eh?
- Bueno ... pues nada, ¡fíjate! gracias a esta historia de pistachos ahora tienes la mente entretenida ...



¿Y si hacemos aquí unos relatillos en cadena empezando por esta chorrada originada tras una conversación de terraza de verano?

7 comentarios:

jauhow dijo...

LA MESA DE AL LADO.

De tapas en la Chana. En la mesa de al lado han pedido cerveza. Son tres. No sé de qué hablan. El camarero llega con la carta. Somos siete. Alguien dice que una ronda da derecho a dos tapas distintas. La noche es agradable. Hablamos de suplantar personalidades. Miro de reojo a la mesa de al lado y no me doy cuenta. No veo. Una alarma de CASIO resuena en la plaza. Viene de la mesa de al lado. Del reloj de uno de ellos. Hacen como si nada. ¿No oyen la alarma? Ya veo. Son sordos. Pipipipí. Pipipipí. ¿Llenamos?

blanca dijo...

Son sordos. Pipipipí. Pipipipí. ¿Llenamos?
Sí, llenamos, yo ahora quiero un vino...y ¿para qué quiere una alarma un sordo?supongo que tendrá también luz. Suplantemos personalidades, pienso en ser uno de esa mesa, su conversación es muy efusiva, con gestos muy marcados, creo que el que "habla" ahora está enfadado, un enfado repleto de silencio.

suso dijo...

...repleto de silencio. Pero cada vez más evidente, hasta el punto que se levanta y agrede al muchacho de al lado, que sólo repetía un gesto que ninguno alcanzábamos a entender. Anonadados, observábamos un espectáculo siniestramente callado:

Pily dijo...

Mientrás en la cocina el camarero discute con el cocinero "¿dónde está la tapa de la mesa 2? Aún no ha salido y estos pistachos no nos lo quitamos de encima ni regalados" el cocinero contesta " no me entretengas que tengo trabajo".

macarena dijo...

el cocinero contesta " no me entretengas que tengo trabajo".
mientras tanto en la plaza ya resuena la ambulancia...una silla en el suelo, un plato de pistachos decorando las baldosas; quien nos iba a decir que esta disputa silenciosa acabaria con un tenenedor en el ojo de uno de los comensales. Nadie en nuestra mesa pronuncia una palabra.

Mar-ia dijo...

(Gracias por la participación. ¡Me encanta! Pido perdón por el enlace mal puesto sobre los relatillos, retomo el último siguiendo la idea del enlace: hacer microrelatos encadeandos, la única regla es que los relatos tienes que tener principio y fin y que deben comenzar por la última frase del último relato. Por supuesto sobra decir que podéis escribir aquí siempre que os apetezca, a mi esto es que me mantiene la mente entrenedida y cuando escuchaba los de la radio me entraban ganas de escribir pero eso había que currárselo demasiado, esto es mucho más relajado porque escribes cuando quieres y como quieres, sin esperar que te seleccionen ni na'de na'más que entretener la mente).

Mar-ia dijo...

Soniquetes

Nadie en nuestra mesa pronuncia una palabra. En las otras continúa el recuento, como el soniquete de la lotería de Navidad: PP, PP, PSOE, blanco, PP, PP, PSOE, nulo, IU, ... Nosotros nos hemos detenido estupefactos tras abrir la última papeleta. El Presidente, con cara de debo romper este silencio, comienza a emitir sonidos emmm, ... está claro que es un voto nulo y como tal quedará registrado en el acta. Que sea la Junta Electoral la que decida qué hace con él ¿no?. Miramos el papel con su ”¡Viva la democracia! 10 euros para que os invitéis.” y respondemos Sí, claro. El soniquete comienza de nuevo.