24 de junio de 2010

¿Nos tapamos la cara?

Vaya por delante de esta entrada mi más absoluta repulsa a cualquier acto que suponga un desprecio, opresión, sumisión, denigración ... a cualquier ser (en particular humano).

En estos días se ha aprobado en el Senado una moción que pretende prohibir el velo islámico en cualquier lugar público, incluida la calle. Me pregunto si ese deseo de prohibir, en aras de la dignidad de la persona, no es sólo una forma de taparnos la cara para no ver la realidad de la sociedad en la que vivimos: una Europa multicultural, en la que cada vez hay más religiones. ¿Y cuál es el sustrato de una sociedad religiosa? ¿Pueden las leyes humanas prohibir las leyes divinas? ¿Quién decide la dignidad de una persona religiosa, otra persona o Dios? (¿O quizá otra persona enviada por Dios?) Y si prohibimos el burka en la calle ¿cómo sabemos que no estaremos encarcelando a las mujeres en sus casas?
No se pueden prohibir los sentimientos, sólo se pueden intentar cambiar, pero cuando la religión está de por medio ... es difícil argumentar distinto del discuros divino ... El camino fácil (aunque no lleve a ningún sitio) es la prohibición, el camino efectivo y quizá largo es la educación.

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