El viernes refrescando la página de Público me enteré de la noticia: Saramago nos deja solos. Hace apenas un mes nos decía que las lágrimas de Garzón eran sus lágrimas.
Hace unos años, en una de sus visitas a Granada, firmó un manifiesto en defensa de la Vega de Granada. Para mi Saramago no es simplemente un premio Nobel de literatura, para mi Saramago es un ciudadano comprometido con la vida, desde el pensamiento que yo comparto: la izquierda. Hoy su voz se ha quedado parada, detenida, quieta, pero no muerta ...
2 comentarios:
que gran verdad, los buenos nunca mueren en le corazon de los demas.
La izquierda tiene menos voz. La derecha tiene menos voz. Más allá de las tendencias, con Saramago se fue un hombre de ideas. Y las ideas siempre son escasas, sean diestras o zurdas.
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