No intento comparar el régimen cubano y el español, sino simplemente decir que como ciudadanos tenemos el derecho y, en mi opinión, la obligación de mirar dentro de nuestras fronteras y con mirada ciertamente crítica.
Hasta aquí algunas de mis razones, sobre las que sostengo mis pensamientos y en las que apoyo mis opiniones. Porque así han de ser valoradas mis recientes palabras, como juicios subjetivos, como valoraciones personales de mi entorno, expresadas tal vez sin demasiada destreza, sólo soy un ciudadano, un actor- en el ejercicio de un derecho que me asiste y que va más allá del derecho a la libertad de expresión, un derecho más íntimo: el de vivir en armonía con mis convicciones.
Por ultimo, una reflexión: intuyo que lo desproporcionado de la reacción a mis palabras se sustenta no en el hecho de la realidad de las opiniones expresadas, pues hay, como hemos visto, estudios de sobra contrastados y públicamente denunciados, sino en la inquietud que genera que esa misma realidad, expresada en libertad por un personaje conocido, anime algo más al personal a ponerse a investigar. Y eso les lleve a hacerse la misma pregunta que me hago yo, que se hacen tantos: ¿es esto una democracia real? ¿de verdad tenemos tantas lecciones que dar?
Extraído de: Caso Zapata: a modo de cierre, Willy Toledo
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