Era 31 de julio y contaba los minutos que faltaban para que el 3 desapareciese y julio fuese agosto anotando el mismo deseo en un folio, una y otra vez ...
Las ventanas de la oficina chorreaban un hilo de calor denso y las letras del teclado se pegaban a sus dedos.
¡Un minuto menos! y el bolígrafo tomaba nota del paso del tiempo ...
El calor sólo se cortaba con el ruido estridente que agujereaba las calles de su ciudad.
¡Un minuto menos! y el bolígrafo tomaba nota del paso del tiempo ...
El reloj marcó la hora de la operación salida, regó su maceta (le dejó un vasito con agua cerca), corrió las cortinas, colocó los bolígrafos en el lapicero, cogió las llaves y ...
(Sobre la mesa quedó el folio: que el plan E de los ayuntamientos se trague mi oficina. Que el plan E de los ayuntamientos se trague mi oficina ...).
1 comentario:
ohh!! Contado así da un poco de pena... pero que ganas y merecidas!!!
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