La vida cambia como el segundero en el reloj. Uno puede vivir en un lugar toda una vida o mudarse como las hojas de los árboles en otoño. ¿Qué ocurre con las casas deshabitadas?
Hay casas en las que sus inquilinos se fueron y dejaron los muebles, hay otras que quedaron vacías. Hay casas que fueron vendidas, otras alquiladas, otras okupadas, otras demolidas ... y otras vacías de gentes, llenas de recuerdos, quizás con muebles pero vacías de gentes ... Estas últimas me provocan tristeza. Me imagino lo único que vive allí, los recuerdos, preguntándose ¿por qué acabó su vida en ese instante? ¿por qué no pueden evolucionar con otras personas? ¿por qué están prisioneras de paredes inertes? Para aliviar mi tristeza siempre pienso en las ventanas, esas que o dejaron abiertas o abre el paso del tiempo. Justo por esa rendija, los recuerdos atrapados se pueden mezclar con la imaginación del que mira y quién sabe quizá revivir incluso en una casa deshabitada ...
Podréis pensar ¿y toda esta parrafada? ¡Tiene una explicación!, me pregunto: ¿qué pasa con las casas deshabitadas en el mar? Yo dejé una (me mudé) y la pregunta vino a mi cuando el domingo me enteré de que otra casa quedaba a la deriva en el mar ... deshabitada ...
1 comentario:
Podría decirte que las casas no tienen sentimientos. Pero ni yo mismo me lo creo. Supongo que los recuerdos sirven para dar respuesta a estas cosas. Las casas desaparecidas en el mar no tienen por qué ser olvidadas. La nostalgia ayuda a conservar los mejores momentos y a borrar los peores. Y eso no está tan mal. Es ley de vida. Aunque siempre he estado en contra de la frase: “y al volver la vista atrás se ve el camino que no has de volver a pisar”. Cuando me voy de un lugar, me gusta dejar la puerta entreabierta, por si algún día me apetece regresar. Quién sabe…
Publicar un comentario