Llovía y el cielo estaba negro, como si el mundo se hubiese encerrado en una taza de te en la que se precipitaban las gotas de agua.
Todo me parecía tan claustrofóbico y oscuro, que me hizo sospechar que eso debiera ser una pesadilla, pero la irracionalidad no era lo suficientemente evidente como para estar segura de su irrealidad.
Los gritos se sucedían en la calle, la gente corría sin destino y los choques accidentales eran inevitables. Todo era un caos, o eso pensaba yo ... De repente, entre todo ese alboroto, vi como se movía un oasis de tranquilidad y confianza: unos hombres de negro caminaban con paso firme y decidido mirando fijamente al tumulto. Ellos avanzaban y la muchedumbre corría despavorida. Yo estaba en mitad del todo, pero ni corría ni iba vestida de negro, ¿qué está pasando? ¿no me ven? Me acerqué a los hombres de negro, con un miedo casi paralizante. ¡Eran jóvenes de entre 15 y 29 años! ¡Esto ya está teniendo muy poco sentido! ¿Estos jóvenes tienen atemorizados a todo un pueblo?
Pim: abrí los ojos, me había quedado dormida (despierta) sobre esta noticia: uno de cada tres jóvenes apoya la pena de muerte. Las preguntas se sucedieron entre mis neuronas: ¿algún día esos jóvenes se harán mayores y aprobarán la pena de muerte? ¿qué se puede decir de una sociedad que consiente y usa la pena de muerte? ¿podría llegar a convencerme de la "bondad" de la pena de muerte?
5 comentarios:
Del dicho al hecho hay un gran trecho. Será que soy optimista, pero no creo que la pena de muerte vuelva a instaurarse en los sitios donde fue abolida y espero que en algunos países donde es una práctica habitual acabe por imponerse la razón. Crucemos los dedos.
Confío que tengas razón, pero no sé, hay una parte del ser humano que parece necesitar la muerte ajena que provocó una muerte cercana.
No es que me crea demasiado las encuestas, pero esta en particular no me sorprende, porque parece que en la calle pudiese legitimarse la pena de muerte ... Hay casos en los que la gente no tendría ningún problema en clamar que se aplicase ... ¡siento miedo!
Luego están las cárceles, ¿para qué sirven? ¿qué prefiero una cadena perpetua o la pena de muerte?
Debe ser insitinto de supervivencia, yo voto por cadena perpetua.
Una vez le escuché a un filósofo (no digo el nombre porque no estoy segura y no quiero poner palabras en bocas ajenas ...) justificar la pena de muerte para según que delitos. El argumento era fácil: una persona que mata premeditadamente no está preparada para vivir en una sociedad como la nuestra. Va a ser infeliz (porque no se le puede dejar ser feliz) y lo mejor que le puede pasar (para él y para los demás) es su muerte ...
Cadena perpetua ... ¿eso es vida? ¿cómo se describe esa vida en el lenguaje de los muertos?
¿Cuál es la misión de las cárceles? la respuesta a esta pregunta me asusta, porque de alguna forma tengo miedo de que las cárceles sean los lugares en los que se retiene a los malos ... porque si eso fuese así ... tengo miedo de poder entender y, peor, poder llega a compartir la teoría de aquel filósofo ...
No sé si es vida, pero sí supervivencia. La única diferencia entre la muerte y una cadena perpetua quizás sea el concepto de esperanza. Los muros pueden caer, de la muerte no he visto regresar a nadie. Definitivamente, mejor cadena perpetua.
Publicar un comentario