26 de octubre de 2008

Monumentos

Plataforma para un centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel


¿La vida?

Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río,
cuando se cubre de pájaros.

Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.

Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.

Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.

¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?

¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?

Veintidós años... ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma...

Escribo a tientas: “el mar”, “el campo”...
Digo “bosque” y he perdido
la geometría de un árbol.

Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.

(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario).


Marcos Ana
Tengo la friolera de 87 años, aunque, como digo siempre, esos son años de edad. De vida tengo 64, que son los que quedan al restar los 23 que pasé en la cárcel. Entré con 19 años en mayo del año 1939 y salí en el año 1962 con 42. Soy la persona que más tiempo seguido ha pasado en las cárceles franquistas.

(Poema escrito en el vigesimosegundo año de su cautiverio).

¿Piden demasiado los represaliados por el franquismo cuando quieren mantener una parte de la cúpula de esta cárcel y la creación de un centro para la memoria, en el lugar donde muchos perdieron años de su vida? ¿Qué son los monumentos? ¿Quiénes los merecen? ¿No está feo especular con el dolor de la gente?

2 comentarios:

jauhow dijo...

Alguien dijo una vez, a razón de lo acontecido en Argentina después de la dictadura de Pinochet que lo malo de ocultar la mierda debajo de la alfombra es que la mierda no desaparece, que cuando levantas la alfombra sigue estando ahí. La memoria histórica hay que mantenerla siempre viva. Es mejor avergonzarse de lo que es capaz de hacer la humanidad que tratar de olvidarlo. Porque el olvido es el primer paso para que pueda volverse a producir el desastre. Así que yo apuesto por conservar Carabanchel, la Modelo y todos aquellos resortes que nos permitan recordar que un día se cometió una injusticia.

Anónimo dijo...

El problema de la memoria es que se vuelve amnesica... creo, jauhow, que tienes razos, el olvido es el primer paso para que pueda volverse a producir el desastre... pero es que el olvido está ahí, se respira, lo inhalamos y nos consume los resquicios de memoria, porque las injusticias pasan cada dia, y cada día pasamos junto a monumentos, junto a fotografías, junto a nombres de calles que deberían refrescarnos el espíritu e impulsarnos hacia un cambio que no llega nunca.
Pero sí, quizás si ni siquiera tuvieramos esos momentos de alzar la vista y ver en un instante, un momento, un retazo de historia, quizás, si eso también se pierde... la amnesia sea perenne y nunca más recuperemos esa parte de memoria.

Y si... está muy feo especular con el dolor de la gente.