27 de abril de 2012

Gracias Pep

Es extraño para mi escribir esta entrada. Porque pienso que una de las anestesias que nos inyectan en vena, para no sentir los golpes que nos propinan, es el fútbol. El mundo se paraliza cuando los grandes clubes, esos que deben 752 millones de euros a Hacienda, tienen citas europeas o juegan cada partido de liga. Mientras, parece pasar nada cuando cada día esta mercadocracia nos recorta más y más derechos.
Así que pareciendo contradictorio, hasta para mi, escribo esta entrada en la que le doy las gracias a Pep Guardiola por haber sido entrenador del Barça. Porque durante estos años creo que ha enseñado mucho a una sociedad que parece necesitar aprender tanto. Creo que se ha valido de un sustrato banal para transmitir una forma de entender la vida nada fácil de difundir. Ha puesto cordura y razón, donde parecía podía tener cabida cualquier actitud con la excusa del fútbol es así. Ha hecho de un trabajo que parece medirse sólo por triunfos, el triunfo de las derrotas. Ha enseñado que la victoria no es una copa o un trofeo, la victoria es acabar la jornada laboral con la sensación del trabajo bien hecho. Ha sido fiel a una forma de juego, no a cualquiera, sino a la forma de juego más importante: la que hace disfrutar a los jugadores y a la afición. Con esa máxima se puede ganar o perder, pero lo importante es que siempre se disfruta. El objetivo no es ganar, el objetivo es hacer un juego en equipo que haga sentir alegría a los jugadores y a la afición, el triunfo es sólo una consecuencia. Y el equipo son todos. Todos son importantes, la estrategia es la cooperación.
Así que le doy las gracias a Pep por ser el filósofo, por hacer en esos momentos de opio social una publicidad subliminal que defiende una forma diferente de entender la vida. Porque esa idea de cooperar en equipo y sentir que se hacen las cosas bien por el placer de hacerlas bien es algo que no se estila. En estos tiempos que nos cambias las palabras, y los recortes llaman ajustes y los repagos reformas, es imprescindible ver que otra forma de entender la vida también puede llevarnos al éxito. Pero no se trata de quedarnos atrás, defendiendo nuestra portería por miedo a que un ataque nos haga tener un resultado peor, se trata de jugar el juego que nos divierte y nos hace sentirnos realizados, se trata de avanzar en el campo dejando claro nuestra forma de juego y luchando por lo que defendemos. Así que, gracias Pep.

1 comentario:

EstherIsthar dijo...

Amén!
Gràcies per tot, Pep. Et trobarem a faltar!