19 de enero de 2011

Exijo que me atienda, le pago para eso

Y el médico tiene que aguantar que le insulten, amenacen o agredan, porque el paciente de turno ha decidido que el médico está ahí para atenderle como y cuando él decida.
El médico es un trabajador público y en la casa pública el usuario (antes llamado ciudadano, ahora quizá debiera llamarse cliente) siempre tiene la razón, porque además de usuario se siente jefe.

Nos falta demasiado para entender qué es un servicio público, qué significa tener derecho, qué significa formar parte de una sociedad y respetar a los trabajadores públicos. Nos quejamos, quizá por naturaleza (aunque no he visto a ningún animal quejándose tanto ..., esto debe ser algo propio de nuestra especie superior). Vivimos en una sociedad en la que no se valora el privilegio de disponer de una sanidad y una educación públicas. El insulto y la amenaza se ha instalado en nuestras vidas, como la pasividad y el despotismo. Así que desde aquí propongo una misión sencilla: cada vez que vayamos al médico, tratar de hacer el discurso que no se estila:
Sí, parece que vamos con retraso y llevamos un montón esperando, pobre personal médico, la de horas que lleva ahí sin salir y tratando de atendernos bien. Debe ser duro, ¿no? intentar prestar el servicio deseado en menos de 7 minutos. ¿Usted podría?
Me gusta ver como la gente cambia la forma de hablar y sin darse cuenta empatizan con el médico y la sala de espera se relaja.
Claro que otras veces atacan con: les pagan un montón y tampoco es para tanto, además seguro que se han ido a tomarse un café y mira lo que tardan y además han llegado tarde ...
Esto supone un reto más interesante:
Bueno ... como en todos los trabajos habrá de todo, ¿no? ¿Usted sabe cuántas horas están trabajando y si luego tienen que ir a atender los avisos a domicilio? Por otro lado, si el médico está sin desayunar, sin tomar nada de nada a media mañana, sin ir al servicio ... puede que no esté en las mejores condiciones para atenderme, prefiero que vacíe su vejiga y tome algo de azúcar, ¡sólo faltaba que tuviera que atenderle yo cuando entre!

2 comentarios:

Pily dijo...

Me uno por completo a esta nueva forma de hablar en los hospitales. Es cierto que desde que conozco a un médico de cerca, y me enteré de sus horarios y de los insultos que recibe, siento aún más empatía con ellos y trato de hablarles con más respeto y cariño.

Y es que la gente tiene muchas leyes. Los servicios públicos no son para agotarlos son para utilizarlos como si de tu casa se tratase, cudándolos para que podamos recibir lo mejor de ellos.

¡+ médicos - horas= Sanidad Pública de calidad!

Anónimo dijo...

Gracias..., porque se pasa muy mal.