Ha aperecido una nueva tribu urbana: los preocupados por el mobiliario público. Se caracterizan por definir una manifestación multitudinaria por lo que hacen unas pocas personas. No suelen ir a manifestaciones, las conocen sólo de oídas.
Se alimentan de los medios de (des)información que ponen en primera página a ese ridículo número de "manifestantes".
Se alarman porque el grupito rompe mobiliario urbano. Se ofuscan porque destrozan contenedores de basura, aceras, marquesinas, escaparates, ...
Parecieran estar preocupados por lo público, por la no-violencia, pero esa preocupación está muy localizada: mobiliario público y golpes a la policia.
No les preocupa la sanidad, ni la educación públicas, ni los servicios sociales públicos. Tampoco se alteran ante la violencia con la que desalojan a las personas de sus casas o la que se desprende de la reforma laboral que golpea al trabajador día a día o las bombas con las que nos depertamos cada día lanzadas por la Troika.
Si, ante la estafa en la que vivimos, te atreves a decir que podrías entender que la gente se exaspere y responda con una mínima violencia, en defensa propia, la tribu de los preocupados por el mobiliario público te llama sin reparos terrorista y antidemocrática.
Esta estafa está perfectamente pensada, quién nos iba a decir que en esta película de drama y terror apareceria esta tribu para rendir adoración por contenedores de basura, escaparates, adoquines, farolas, ...
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