Lo de don Mariano es preocupante. Parece tener una doble vida: una en la que hace y otra en lo que dice que hace.
Lo que ha ocurrido con la clausura del Congreso del PP andaluz es el último ejemplo de la conducta esquizoide de nuestro presidente.
A las 19:00 horas, de la tarde del sábado 14 de julio, en el canal 24 horas de RTVE se informaba que Mariano Rajoy estaría en la clausura del Congreso el día siguiente. Quince minutos más tarde se anunciaba el adelanto de la clausura a las 20:00 horas de la tarde de mismo sábado. La razón del cambio de agenda lo justifican desde el PP porque no está el país para "fiestas y celebraciones". Tan débil le ha debido parecer el argumento a la prensa afín al Gobierno que deja claro que el adelanto de la clausura fue para evitar las protestas organizadas para el domingo. Y es que la obviedad es difícil de ocultar porque si se trataba de no estar para celebraciones se podría haber anunciado en la mañana del sábado y no 45 minutos antes del acto ...
Pero la doble vida del presidente llega a su máximo apogeo cuando en su discurso de despedida del Congreso le dice a sus compañeros de partido que pueden "salir [del Congreso] con la cabeza bien alta" y él lo hace por la puerta de atrás, como entró, evitando dar la cara ante los que en 45 minutos pudimos llegar a la puerta del Palacio de Congresos para presentarle nuestro descontento.
Don Mariano debe hacer una reflexión de urgencia. Está claro que a los mercados no logra transmitirles confianza y a los ciudadanos nos tiene demasiado cabreados.
Don Mariano, no sé cuántos militantes del PP saldrán a la calle con la cabeza bien alta, lo que sí sé es cuántos ciudadanos salimos a la calle con las ideas y la lucha cada vez más fuertes. Así que en la calle nos encontraremos ...
Ejercicio para que don Mariano reflexione: ¿Eran necesario un despliegue policial tan enorme para el cierre de Congreso? ¿Cuánto ha costado?
2 comentarios:
Creo que me falta serenidad para hacer un análisis contenido del recorrido de Mariano Rajoy como político.
Es llamativo que un presidente del gobierno sea incapaz de dar la cara ante los ciudadanos, incapaz de responder de manera improvisada a las preguntas de los periodistas, incapaz de estar a la altura de un debate sobre el estado de la nación...A mi todas estas cosas no me parecen anecdóticas, me parecen muy graves en los márgenes del juego democrático.
Alguien que miente deliberadamente, que esconde la cabeza bajo el ala que oculta información- no hay más que leer la letra pequeña del BOE/tijeretazo- y que deja que sean sus segundos de abordo los que defiendan ante la opinión pública unas medidas crueles e injustas, no merece ocupar un cargo público y menos ser cabeza de gobierno.
Me preocupan más, sin embargo, los talibanes, es decir, los votantes acérrimos que cierran filas ante su líder, que justifican los aplausos de la bancada popular e, incluso, matizan el famoso "que se jodan" de Andrea Fabra. Esos me preocupan mucho más, sin duda. Porque entre ellos habrá seguramente funcionarios que se quedarán sin paga extra; parados que verán reducida su nómina a partir del 7º mes; autónomos que tendrán que tributar un 21% de IRPF o dependientes que perderán unas ayudas imprescindibles para desarrollar su vida y la de sus familiares con dignidad. ¿Se ha perdido la conciencia de clase?¿ Y la conciencia social?
¿Sabemos dónde estamos y qué puesto ocupamos en la pirámide social? ¿Somos conscientes de la fuerza que tiene un voto y la protesta para conseguir mejorar nuestra vida y nuestro futuro?
La respuesta está en la calle. Atentos a sus pantallas...
Don Mariano debe pensar que puede esconderse en su guarida hasta que pase la tormenta, de lo que parece no querer enterarse es que los ciudadanos, que ya hemos aguantado por encima de nuestras posibilidades, vamos a perseguirlo sin descanso. Nuestras armas son efectivas: argumentos y paciencia.
Sobre lo que dices de los talibanes peperos, creo que cada vez serán menos. El viernes estuve en una concentración, al inicio del Congreso andaluz del PP, en la que la gente gritaba traidor y que no volverían a votarles ...
¡Nos vemos en las calles!
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