Lo que más me duele es esta sensación

global de que tenemos lo que nos merecemos porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Da igual lo que trate de argumentar, no hay solución y punto. Si este es el pensamiento de ciudadanos "cultos" mi desesperanza aumentan, pero aún así me niego a rendirme. Seguiré con mi argumento disidente y con mis gritos en la calle , mañana a las 20 horas desde el Triunfo, en Granada.