15 de mayo de 2012

Imaginando formas de informar sobre la situación en la que estamos

Es curioso que en la era de la comunicación parezca que estamos más incomunicados. Me cuesta pensar que la gente pueda creerse el discurso de hemos vivido por encima de nuestras posibilidades para legitimar esta merma constante en los derechos de los ciudadanos. No sé si es una cuestión de ignorancia, resignación, pasividad, indiferencia, o tal vez una mezcla de todo, pero la realidad es que esto cada día está peor y la gente mayoritariamente parece no inmutarse, quitando las miles de personas que poblamos las calles a cada rato gritando esto no es una crisis es una estafa ... Pero estas voces parecen quedar silenciadas en el ruido de la palabra crisis repetida mil veces desde los medios de comunicación.
¿Cómo podemos informar a la gente de la situación en la que vivimos, del peligro que acecha a nuestra sanidad y a nuestra educación públicas? ¡¿Cómo?! La gente no parece querer recibir información, sin pedirla ... Así que he imaginado ¿y si un día te despertaras y descubrieras que ya no hay sanidad, ni educación públicas? Y he seguido imaginando ...
Los alumnos llegan al centro, como todos los días, pero el centro los espera de forma totalmente distinta. A la hora de entrada, los bedeles, vestidos con traje y corbata, abren y esperan en las puertas, sonriendo (con sonrisa forzada, pero amplia) y diciendo buenos días. En el aula, el profesor espera en la puerta la llegada de sus alumnos, con un platito en la mano con un cartel que indica "precio por hora de clase: C euros". Los alumnos depositan los "C euros" y pasan a la clase. En la clase hay muchos carteles: en los interruptores de la luz se lee "precio de clase con luz: L euros", en la pizarra "precio de la clase con pizarra con tiza: PT euros", "precio de la clase con material audiovisual: MA euros", en el radiador de la calefacción "precio calefacción: Ca euros", en el aparato de aire acondicionado "precio aire acondicionado: A euros", ... El profesor al comienzo de la clase recauda el dinero en función del tipo de servicios que se prestarán en el aula. El alumno que no pague todos los servicios deberá abandonar ese aula e irse a otro con menos servicios. En los despachos de los profesores, junto a las horas de tutorías, hay un cartel que indica el precio por minuto de consulta.
¿Y si esta situación se hiciera para "informar" a la gente? ¿Se podría hacer este tipo de experimentos en algún centro público?

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