En mitad de una jornada de huelga, cuando hablas con mucha gente, te das cuenta de lo bien que está todo montado para que triunfe sin problemas el divide y vencerás.
Esta estafa estaba perfectamente pensada, desde el diseño macroscópico hasta la precisión microscópica.
Todo tenía que estar organizado con el mínimo margen de error. Había que controlar bien a los agentes microscópicos para dejarlos dispersos en mitad de una realidad macroscópica que no pudiesen entender, y de ese modo ni siquiera intentarían modificarla. Cada agente debía creerse libre y dueño de su destino, reducir su actividad social a dos fuentes de felicidad: consumo y círculo afectivo. De este modo, el divide y vencerás tendría el éxito garantizado: los agentes nunca harían grandes grupos y en caso de crisis, en el entramado de la estafa, podrían llegar a luchar entre ellos mismos, para seguir perpetuando sus fuentes de felicidad: consumo y círculo afectivo.
Así estamos, o así lo veo yo, pero el sistema de la estafa tiene errores y son esos agentes minúsculos que deciden tener una actividad social más allá de su círculo afectivo y su consumo. Los hay por todos lados, a veces son más, otras son menos, pero tienen una ruta definida y argumentada, que pretende dibujar una silueta macroscópica diferente.
A veces, es bueno pararse, alejar la vista y mirar la silueta que estamos dibujando, si te gusta sigue, si no te gusta piensa cómo cambiarla ...
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