Los que vivimos en este lado del mundo, cuya huella ecológica deja patente la explotación indignante del planeta, podemos comer lo que queramos cuando nos de la gana. En este lado de la vida siempre es tiempo de cerezas ...
¿Somos conscientes qué significa este privilegio? Supongo que no. Supongo que si hacemos una encuesta en la calle preguntando qué nos parece poder comer, por ejemplo, cerezas en cualquier época del año, la gran mayoría responderá que muy bien. Debo entender que esa respuesta se dice sin meditar el coste que le supone a nuestro planeta estos privilegios. Que un privilegiado reflexione sobre el coste de sus privilegios es complicado, más cuando ese coste no cree que sea un perjuicio directo hacia él. Puede que cuando nos demos cuenta de nuestros excesos sea demasiado tarde y ya no quede tiempo de reanimar a esta exprimida Tierra.¡En nuestras manos está ser concientes y responsables de nuestro consumo!
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