19 de agosto de 2014

América Latina no admite diálogo

La tertulia, en España, casi siempre es un placer hasta que aparece en la conversación América Latina. No descubro nada nuevo, es algo bien sabido*.

Pese a que este tema rompe por completo el diálogo, y todo son monólogos sin conexión, los adictos a la tertulia caemos en el deseo de romper esa barrera y algún día poder conversar sobre América Latina en España.
Quizá la única posibilidad sea viajar juntos a los lugares, y estar allí tiempo, mucho tiempo (pero esto es casi una quimera). O quizá, mientras eso no sea posible, debamos toparnos con alguien dispuesto a tertuliar sin reloj y con internet en la mano y zambullirnos en fuentes y navegar y contrastar y opinar ...



*Podemos evita entrar en estos temas sugeridos por sus enemigos y le va muy bien con esta estrategia.

18 de agosto de 2014

Todo es rápido

tan rápido que el blog se queda atrás, las redes sociales van deprisa, muy deprisa. Los días siguen teniendo 24 horas, las horas 60 minutos y los minutos ya ni parecen tener segundos. Todo corre entre pajarillos electrónicos que te avisan de un mensaje, entre retuits de noticias que te parecen interesantes o frases que consideras que resumen nuestro instante actual, todo corre, corre ... y no te quedan segundos para reposar lo que quieres decir, lo que te apetece pensar, todo corre, todo corre, corre ...

Puedes tirar el reloj sobre la mesa, pero la mesa lo repele y te lo vuelve a colocar, tic, tac, tic, tac, tic, tac ...
Puedes querer detenerte en una idea, en un tema que quisiste profundizar y desarrollar en más de 140 caracteres o en un párrafo de una red social. Pero cuando levantes la cabeza ya no será actual, ya será como las noticias que abarrotaban los cubos de basura con los periódicos de ayer: tinta caduca. Porque mientras piensas en algo los temas candentes se apoderan de las almohadillas que plagan las redes sociales y que deciden qué es importante. Y la corriente te arrastra y fluyes rápido, muy rápido, muy rápido ...
Puedes refugiarte en un meandro, disfrutar de un cauce tranquilo y lento de información y reflexión, pero ese reposo dura nada, porque aparecen tsunamis mediáticos a cada rato, a cada instante. Y el meandro en el que navegabas desaparece y la avalancha te absorbe y corres y corres y corres y corres ...
Todo es rápido.