Hay plazas que son ocupadas por las palomas. El olor de sus excrementos hace imposible pasar un ratico en esas plazas.
Hay plazas que son ocupadas por los guiris. El olor de su (potencial) dinero hace imposible pasar un ratico en esas plazas.
Bibrambla era una plaza con flores, un placer visual de día y un deleite olfativo por la noche, cuando los cubos de la basura desprendían el olor a flores. Pero, debe ser, que ya no se estilan las flores. Y las floristerías de la Plaza de Bibrambla ya no son rentables y muchas han cerrado y el ayuntamiento ha decido permitir que se abran nuevos comercios en ellas.
Ahora los guiris podrán pasear por la plaza y comprarse su vinico de Graná, su abanico, su camiseta, su turrón, su ... exactamente, exactamente igual que pueden hacer en el aeropuerto mientras esperan a que despegue su avión.
¿Qué está haciendo Graná?*
Cada día parece más una ciudad para el turista que una ciudad para el granaíno. Se equivoca, y mucho, si piensa que la ciudad que los árabes abandonaron con tanta lágrima es una ciudad que necesite de los de fuera para poder albergar y alimentar a sus habitantes. Se equivoca, y mucho, si piensa que las tapas y los productos de la tierra deben ser consumidos y producidos para el turista. Los granaínos sabemos disfrutar de nuestra ciudad y de nuestros productos y nosotros somos los mejores embajadores de ellos, para exportarlos al exterior. Esos productos se pueden vender en las tiendas que ya hay. No hace falta que pongan una tienda de aeropuerto en mitad de la ciudad, en la Plaza de Bibrambla.
¿Qué será lo siguiente? ¿Vender en la Alhambra ropa de Carolina Herrera, poner una tienda de la manzanita mordida ...?
*Podría insertarse la palabra "pollas" entre las palabras "Qué" y "está".
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